enero 10, 2008

_-PIGMALION-_

Pigmalion era un escultor. Posiblemente el mejor de los artistas que trabajan la piedra en todo el imperio. Una noche sueña con una hermosa mujer que camina altiva y sensual por su cuarto. Pigmalion cree que es afrodita, la diosa del amor y del sexo, y piensa que es ella misma quien le envia esa imagen como manera de pedirle que esculpa en un bloque de marmol una estatua en honor a su divinidad.
Ala mañana siguiente Pigmalion va a la cantera de piedra y encuentra, como esperandolo, un gran trozo de marmol que encaja a la perfeccion con la idea de la obra, la mujer de su sueño, a tamaño natural, de pie, apenas reclinada en una parde mirando con orgullo el mundo de los mortales.
Durante los siguientes meses, el artista se dedica a quitarle a la piedra todo lo que le sobra para dejar que aparezca la belleza perfecta de la obra. Cada dia trabaja incansablemente, cada noche sueña con esa cara, ese cuerpo, esas manos, ese gesto. La estatua va tomando forma y dado que Pigmalion duerme en su taller de trabajo, cada mañana es la mujer de marmol la primera figura que se encuentra.
Pigmalion no solo puede ver en su interior la obra terminada, sino que empieza a imaginar como seria esa mujer si cobrara vida. En cada talla el escultor pone de manifiesto lo que ya sabe, porque lo imagino, de esa hembra perfecta. Para ayudarse a definirla le ha puesto nombre. Se llama Galatea.
Los detalles se pulen en la misma medida en la que aumenta la obsesion del artista por terminar la obra. No es el deseo de finalizar la tarea que podria sentir cualquier escultor, es la pasion de un enamorado de verse de una vez por todas frente a su amada.
Finalmente, el dia llega. Solamente resta el pulido y Galatea podra ser presentada en sociedad.
-El mundo quedara sin palabras frente a tu belleza-le dice al marmol.Esa noche, una brisa que entra desde la ventana lo despierta. Una mujer bellisima esta de pie frente a Galatea. Emana de ella un brillo intenso. Es Afrodita en persona. Ha bajado hasta el taller a ver la obra de Pigmalion en su honor.
-Te felicito, escultor, es una obra maestra. Me siento muy satisfecha. Pideme lo que quieras y te lo concedere - dice la diosa.
Pigmalion no duda. El sabe lo que desea. Lo ha estado pensando desde hace semanas.
-Gracias afrodita. Mi unico deseo es que le des vida a mi estatua. Que permitas que se vuelava una mujer de carne y hueso, una mujer que sea, sienta y piense como yo me la imagine...
La diosa lo piensa y finalmente decide que el escultor se lo ha ganado.
-Concedido -dice Afrodita y luego desaparece del cuarto.
Con su alegria compitiendo con su asombro, Pigmalion ve como Galatea abre sus enormes ojos y su piel va cambiando del frio blanco del marmol al tibio y rosado color de la piel humana.
El artista se acerca y le tiende una mano para que la mujer baje de la tarima.
Con un gesto principesco, Galatea acepta la mano de Pigmalion y baja caminando con altivez hacia la ventana.
-Galatea -dice Pigmalion -, eres mi creacion. Por dentro y por fuera eres tal como te imagine y tal como te desee.
Este es el momento mas feliz de la vida de cualquier mortal. La mujer que soñabas, tal como la soñaste frente a ti. Casate conmigo, hermosa Galatea.
La bellisima mujer gira la cabeza y lo mira por sobre el hombro por un instante. Luego vuelve a mirar la ciudad y la dice con esa voz que Pigmalion imagino que tendria, lo que el artista jamas penso:
-Tu sabes perfectamente como pienso y como soy. ¿De verdad crees que alguien como yo podria conformarse con alguien como tu?

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